(Arturo de Dios Palma. El Universal).
El prelado estuvo presente en una misa de ordenación de cinco sacerdotes en Chilapa.
Chilpancingo.— A casi un mes de haber sido golpeado, drogado y desaparecido, el obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, asistió ayer a la ordenación de sacerdotes en la Catedral de Chilapa.
Cerca de las 11 de la mañana, en la Catedral de Chilapa, Rangel Mendoza participó en la misa de ordenación de cinco sacerdotes y dos diáconos.
La celebración inició con un recorrido que realizaron los sacerdotes de la Diócesis y el obispo, José de Jesús González Hernández, desde la puerta de la Catedral al altar, donde los esperó Rangel Mendoza.
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