(Diócesis de Málaga. Antonio Moreno).
¿Cómo puede reflejar la liturgia, la alegría del Evangelio que promueve el Papa Francisco?
Si la liturgia celebra el misterio de Cristo muerto y resucitado, la propia liturgia es el canal de la gracia del Señor. Y la gracia del Señor porta la alegría del Evangelio. Hay mucha gente que se admira por el saber teológico y el estudio. Y es verdad que la teología es muy importante, porque reflexiona sobre el misterio de Dios, pero tenemos que caer en la cuenta de que la liturgia hace presente ese misterio de Dios. La teología reflexiona, pero la liturgia lo hace presente. Y, por eso, es muy importante participar en la liturgia, porque el que participa escuchando la Palabra de Dios y comulgando el Cuerpo y Sangre de Cristo, recibiendo los sacramentos, recibe la alegría de Cristo resucitado, la gracia de Dios que te infunde vida. A veces, en situaciones de muerte, la liturgia es sanación, la liturgia es vivificación, la liturgia es cristificación de los fieles, y eso llena de alegría. No en vano, ¿cuáles son las primeras palabras de Cristo resucitado?: «Paz a vosotros». O sea, la presencia de Cristo resucitado infunde paz a la comunidad apostólica. Y prosigue el Evangelio: «Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor». Si la liturgia hace presente a Cristo resucitado, el misterio pascual de Jesucristo infunde alegría, infunde paz, porque comunica la gracia de Dios.