(Aciprensa. Nicolás de Cárdenas).
Nacido en 1932, en plena II República Española, en la que se desplegaron políticas anticlericales que llegaron a la quema de iglesias y conventos, el P. Manzano recuerda estar jugando a las canicas cuando unos hombres se llevaron a su padre. “Yo estaba jugando a las canicas cuando pasó por delante de mí. No entendía lo que estaba ocurriendo. Simplemente me fui corriendo a ver a mi madre. ¡Ay, madre, que van a matar a padre!”, explica. Su madre, intentó calmarle. Pero el pequeño José, estaba convencido de que iba a acabar con su vida y le replicó a su madre: “Sí, que van a matar a los gordos”, pues, en su inocencia, pensaba que al ser su padre “un poco grueso”, le iban a quitar la vida: “Para mí que iban a matar a los gordos, porque era lo que oía”. En efecto, lo fusilaron. Era un comerciante local, un ferretero, que había sido concejal.