(Vida Nueva. Elena Magariños).
“Este fue un camino revolucionario, que tanto bien hace a la Iglesia”, ha apuntado. Una experiencia, en definitiva, “animada por el Espíritu Santo, arraigada -podemos decir- en el corazón de Cristo, en su sed de amor, de comunión, de fraternidad”. De hecho, ha subrayado el Papa, “es el Espíritu quien abre caminos de diálogo y de encuentro, a veces sorprendentes”. “Como ocurrió hace más de cincuenta años en Argelia, donde nació una comunidad enteramente musulmana adherida al Movimiento. Lo mismo ocurrió también con los encuentros de Chiara Lubich con los líderes de diversas religiones: budistas, musulmanes, hindúes, judíos, sikhs y otros. Un diálogo que se ha desarrollado hasta ahora, como lo demuestra vuestra presencia hoy”, ha explicado.