(The New York Times. Amy Harmon).
La noticia de que el sumo pontífice ha usado en dos ocasiones un insulto despectivo para referirse a los hombres gay desató una ola de confusión y dolor entre algunos católicos.
Este fue el papa que preguntó: “¿Quién soy yo para juzgar?”, en respuesta a una pregunta sobre sacerdotes homosexuales en 2013. El año pasado, anunció que permitiría que los sacerdotes bendijeran a parejas del mismo sexo, desafiando a los críticos conservadores de la Iglesia católica romana. Y se disculpó hace solo unas semanas, en un comunicado del Vaticano, por utilizar un término ofensivo en italiano para referirse a las personas homosexuales en una conferencia de obispos.