(Religión Digital. Luis Miguel Modino).
Pacaraima, una pequeña ciudad en la frontera de Brasil con Venezuela, solía ser un lugar desconocido que saltó a los titulares con el inicio de la migración venezolana. El rostro de la población ha cambiado, en diez años se ha duplicado, y hoy el 50% son venezolanos. Pacariama es un lugar donde la Iglesia ensancha cada día su tienda, convirtiéndose en casa de acogida, pero al mismo tiempo es un lugar donde se dan diversas formas de explotación, con episodios que son claros ejemplos de las dificultades a las que se enfrentan los migrantes en muchos lugares del planeta. La misión que la Comisión Episcopal Especial para la Trata de Personas de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) realiza en Roraima, con visitas a Guyana y Venezuela, permite conocer una realidad que contiene muchas realidades oscuras, situaciones de sufrimiento que muchas veces no aparecen, pero suceden, provocando angustia en personas que llevan a cuestas historias de una vida herida.
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